Para establecer relaciones sanas, debemos comprender que no buscamos una relación para darle un sentido a nuestras vidas, si no que expresamos en la relación la verdad de quienes somos.
El Amor sólo es verdadero si es incondicional; amas al otro tal cual es, con todo lo que es, y le aceptas con todas sus facetas, con todos sus contrastes.
Es entonces cuando el Amor se encarga de transformarnos, de un modo constante y profundo.
En cualquier tipo de relación, los desacuerdos son inevitables..
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Si nunca hay desacuerdos, significa que alguno de los dos no está expresando su propia individualidad.
Una comunicación clara y honesta, de corazón abierto, y ponerse en el lugar del otro, son fundamentales para encontrar una salida que sea beneficiosa para todos.
La relación se torna difícil y dolorosa cuando la usamos como un “adorno” para
nuestro ego: pensar que “tenemos” una relación, en lugar de sentir que compartimos Amor en una relación.
No podemos poseer al otro, como tampoco poseemos una relación. El Amor es libertad, y la posesividad no tiene cabida en una verdadera relación de amistad o amorosa.
Los celos surgen por la falta de valoración de uno mismo. Temes que alguien ocupe tu lugar, o que tu pareja encuentre a alguien “mejor” que tú.
Pero si te amas y te valoras a ti mismo, sabes que eres único e irremplazable.
Cuando el miedo a la pérdida está presente, empezamos a querer controlar a los demás. La mayoría de las peleas se originan cuando uno o los dos están queriendo controlar al otro, pues este miedo se enmascara detrás de la ira.
Cuando controlas te enojas.
Cuando sientas miedo a la pérdida, el mejor antídoto es amar más.
Siente el Amor en tu corazón en el instante en el que te das cuentas de que estás sintiendo miedo o inseguridad.
Es nuestra responsabilidad darnos a nosotros mismos lo que sea que queramos y necesitemos. En una relación amorosa sana, estamos conscientes de que ya somos seres completos, y no necesitamos que nuestra pareja nos cubra ninguna carencia o vacío. El otro camina a nuestro lado para crecer y compartir Amor, pero somos siempre responsables de nosotros mismos.
Sólo dándote momentos de calidad a solas contigo mismo, podrás luego compartir instantes valiosos con tu pareja o amigos. La soledad hace parte de nuestro Ser e individualidad, y es una condición natural e inevitable.
El verdadero Amor no huye de la soledad, sino que conoce a fondo sus tesoros y secretos.
Es fundamental que en todas nuestras relaciones haya un equilibrio entre el dar y el recibir. El Amor sólo puede fluir de un modo sano y armonioso si este equilibrio está presente.
La palabra pareja significa, literalmente, de igual a igual.
En una relación sana, los dos pueden sentir que están en una posición de igualdad con el otro, pues ambos disfrutan de la misma libertad para ser tal cual son.
El compromiso que asumimos es con nosotros mismos: nos comprometemos de cuerpo y alma a permanecer en la relación para crecer, aprender y descubrir a diario el arte de amar cada vez más y mejor.
Aceptamos el reto de vernos a nosotros mismos desnudos, sin defensas, permitiéndonos ser honestos y vulnerables frente al otro. Y si alguna herida aflora, la sanamos con Amor y aceptación.
El Amor requiere coraje, y el coraje proviene del corazón. El Amor es para los valientes.
Fuente: Extractos de mi libro “El Amor de tu vida compartida”.
Puedes ver dónde conseguirlo aquí: https://shantidasi.wordpress.com/libro-el-amor-de-tu-vida-compartida/
©2014- Enriqueta Olivari. Se pueden reproducir los contenidos, pero citando a la autora y al sitio: http://www.sanatualma.com
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